El pingüino es la única ave que no vuela porque sus alas se han transformado en aletas natatiras.
El pingüino magallanes es la especie más abundante en la costa patagónica. Viven en colonias muy numerosas en las cuales se reproducen. Una de las más importantes en territorio continental es la de Punta Tombo en la provincia argentina del Chubut (de acuerdo a los últimos censos hoy la Estancia San Lorenzo, área protegida en Punta Norte, Península Valdés es la más grande del mundo). En Punta Tombo entre los meses de septiembre a marzo, se concentran unas 225.000 parejas de pingüinos que junto a sus pichones (dos por pareja) conforman una comunidad de casi 1.000.000 de pingüinos en su punto máximo.
Los Pingüinos de Magallanes son de tamaño medio, con ejemplares de entre 70 y 76 centímetros de altura. La cabeza es negra con un franja blanca que parte del ojo, rodea los oídos y la barbilla, para juntarse en la garganta. Presentan plumaje negro grisáceo en el dorso y blanco en la parte delantera, con dos bandas negras entre cabeza y torso, la inferior en forma de herradura invertida. Estas dos bandas lo distinguen, por ejemplo, del Pingüino de Humboldt, que sólo presenta una.
Los colores de su plumaje representan una adaptación evolutiva mediante la que el animal puede obtener un mimetismo eficiente en el medio marino, ya que cuando nada sumergido, su dorso oscuro pasa desapercibido para quien observa desde arriba, al confundirse con los tonos oscuros de las profundidades marinas, y -a la inversa – su torso blanco se mezcla con la luminosidad de la superficie para quien observa desde una profundidad mayor.
Como otros animales de climas fríos, el pingüino presenta una morfología apta para minimizar la pérdida del calor corporal. Su cuerpo compacto, y la gruesa capa de grasa que lo envuelve más el plumaje muy compacto colaboran para conservarlo. El animal tiene además una glándula uropigia en la base de la cola, que segrega un aceite impermeable con la que lubrica las plumas mediante el pico. Adicionalmente la distribución de los vasos sanguíneos permite una regulación muy precisa del calor, minimizando el gasto energético del cuerpo.
Los machos comienzan a llegar en el mes de septiembre, regresando a los mismos nidos utilizados en la temporada anterior. Unos días más tarde, llegan las hembras y con ellas, las disputas entre los machos. El pingüino es una especie monógama que forma familia estables, cuando un individuo macho alcanza la madurez sexual (al rededor de los 4 o 5 años) buscará una hembra a través de luchas muchas veces tan violentas que acaban con la muerte de uno de los pretendientes.
En octubre comienzan a construir los nidos en las proximidades de la costa marina, entre arbustos y raíces que los esconden de los predadores.
Las hembras ponen dos huevos en octubre. Ambos miembros de la pareja se hacen cargo de la incubación que dura 40 días. En noviembre nacen los primeros pichones cubiertos por un plumón gris. Los padres vigilan a sus crías del eventual ataque de zorros, zorrinos, armadillos y gaviotas. Los pequeños permanecen en el fondo del nido, mientras los adultos, se turnan para hacer guardia en la puerta del nido mientras el otro se aventura al mar a buscar alimento. Pero en si el alimento escasea la pareja debe abandonar el nido simultáneamente para obtenerlo. De los dos pichones, uno solo suele sobrevivir y dependiendo de la temporada, se calcula que solo el 1% de los huevos llegará a ser un pingüino adulto.
Ya en el medio acuático, los predadores naturales del pingüino son las orcas, el lobo marino y el petrel gigante
El pingüino a su vez se alimenta de anchoas, sardinas, pejereyes y calamares, que atrapan mediante breves buceos (su nombre científico “spheniscus”, significa “en forma de cuña”, precisamente por la postura y forma en que bucean) que realizan a gran velocidad, utilizando las alas de propulsión y las patas como timón.
En febrero, cuando los pichones ya cambiaron su plumón por un plumaje juvenil, comienzan a aprender a nadar y a mantener limpio su plumaje. En marzo, la colonia comienza a abandonar los nidos ocupados en temporada estival para vivir por seis meses en el agua, donde incluso duermen. Los pinüinos nadan en grupo a una velocidad promedio de 8 km por hora y pueden llegar a lugares tan distantes como el sur de Brasil o la Antártida.
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