La Península Valdés es un increíble accidente geográfico que se asemeja a una isla unida al continente por una angosta y larga franja de tierra: el Istmo Ameghino.
A ambos lados la Península encierra al mar en golfos de estrecha entrada: al norte el Golfo San José y al sur, el Golfo Nuevo. Sus aguas serenas, profundas y claras se han convertido en criaderos naturales de una amplia variedad de aves marinas como cormoranes, biguas, gaviotas y gaviotines, y de grandes mamíferos como las ballenas y lobos marinos.
El Comité de Patrimonio Natural Mundial de la UNESCO otorgó la calificación a Península Valdés el 4 de diciembre de 1999 cuando se reunió en Marruecos. Península Valdés fue seleccionada entre 24 propuestas. En total hay 107 lugares del mundo declarados patrimonio natural, 380 con rango de patrimonio cultural y 19 con ambas denominaciones.
En esa extensión de meseta, salinas y ambientes costeros con playas de acantilado, arena y canto rodado, conviven especies únicas en el mundo, lobos y elefantes marinos, orcas, delfines, pingüinos de Magallanes y más de 100 especies de aves.
Pero sin duda la ballena franca austral es el atractivo principal de la península. Este cetáceo de 40 toneladas llega a mediados de mayo para reproducirse. Permanece en las costas de Chubut hasta mediados de diciembre y luego emigra a lugares aún desconocidos. Desde Puerto Pirámides se puede hacer el avistaje en lancha. Más de 100 mil turistas gozan anualmente de este espectáculo único en el mundo.
Entre los animales terrestres autóctonos que habitan en Valdés se encuentran la martineta, el ñandú petiso, el zorro colorado y la mara. Y un animal emblemático de la Patagonia: el guanaco.
Las gestiones para lograr el reconocimiento de Patrimonio Natural de la Humanidad para Península Valdés no fueron fáciles y llevaron 2 años. La primera presentación se realizó en marzo de 1997 a través de la Secretaría de Turismo de la Nación. La provincia de Chubut acompañó la propuesta.
Justificación para la inscripción
La península Valdés tiene una concentración muy importante y significativa de los hábitat naturales para la conservación “in-situ” de varias especies amenazadas de un valor universal excepcional, y específicamente su importancia en la crianza de la ballena franca austral, que es una especie en peligro de extinción. También es importante debido a las colonias de cría de elefante y lobos marinos. El área exhibe un ejemplo excepcional de la adaptación de las técnicas de caza que tiene la orca a las condiciones costeras locales.