El 28 de Julio de 1865, los primeros 151 pioneros llegaron a bordo del vapor Mimosa, empujados por la pobreza, un movimiento de independencia fallido y la prohibición de su lengua en las escuelas de Gran Bretaña.
El grupo desembarcó en las inhóspitas costas de lo que hoy es la ciudad de Puerto Madryn y que por entonces se conocía como Bahía Nueva. Tiempos duros aquellos en que la soledad patagónica le disputaba el espacio abierto a las inclemencias de un clima con el que era muy difícil convivir (leer más sobre La Patagonia Galesa)
En conmemoración a estos hechos, cada 28 de julio en Gaiman -a 72 kilómetros de Puerto Madryn– se repite el ritual de la “Fiesta del desembarco” (Gwyl Glaniad). Pobladores y visitantes se reúnen para compartir la tradición de un particular oficio: la ceremonia del té, legado de los primeros colonos galeses.
De todas las variedades de tortas, la que más popularidad obtuvo es la Torta Negra, conocida por los argentinos como Galesa y en Gales como Torta de la Patagonia, la cual es infaltable en la fiesta del 28 de julio, la mesa navideña y de casamientos. La famosa Torta Negra o Galesa, es un producto netamente Patagónico, que nace en la Colonia Galesa del Chubut, ante la necesidad de un buen alimento, fácil de conservar y de mucha durabilidad. El galés, pensó en su torta de casamiento y de navidad, y con los escasos elementos que le envían desde Buenos Aires, desarrolla esta torta típica Chubutense.
Una de las tradiciones más lindas que posibilita este producto es el de poder festejar nuestros aniversarios más queridos, volviendo a comer un pedacito de la torta galesa servida en la ocasión. ¡Esto es posible por las características particulares de conservación que posee la torta, que sin ningún conservante artificial logra mantener su textura y sabor original por años! Una opción tentadora, original y de calidad y que ofrece variadas opciones de presentación.